Los Tiburones de la Noche: Los Violadores Legales

Están ahí, en alguna parte. Vigilando, siguiendo los pasos de los grupos que van de marcha. Grupos de mujeres, de chicas, de niñas. Su hábitat es ese. Están atentos, siguiendo el ritmo. Pasos que a medida que pasa la noche cada vez más tambaleados.

A esa horas el alcohol hace efecto y pasa factura. La juerga va en aumento junto a las risas. Con el tiempo el desorden crece, grupos divididos, mujeres solas. Ha llegado su hora. Es el momento de actuar. Es el momento de "pasar a la acción".

Atacan con ansia y voracidaz. Son ellos los que tienen el poder, las llevan a su terreno. Olvidadas de todos y de todo se dejan caer en unos brazos que prometen la felicidad, que prometen sueños. Brazos que en realidad son colmillos. Colmillos que esperan morder y bien fuerte. No se sabe lo que pasará, pero normalmente los dados están a favor de esta horrible criatura.

Los tiburones de los que hablo no son pura ficción, no están en Manhattan ni en algún remoto lugar de Sudamérica ni tan siquiera en Londres. Están aquí, con nosotros, en esta isla, en esta ciudad. Fíjate bien, son "puretas" que van solos sin nada que hacer, sin ningún motivo para estar ahí, con los jóvenes de por medio. Para ellos es como "irse de putas" pero gratis. Los Miércoles, Viernes y Sábado son sus días para cazar, cazar jóvenes que lloran, que han bebido demasiado o simplemente "están ahí".

Son violadores natos, pero legales. No hay nada que le impida cometer el "delito", salvo la compañía o un buen puñetazo. Les asusta la luz, y la gente en abundancia. Siempre con una sonrisa en la boca, actúan indefinidamente y sin importarles la raza, edad, belleza u otros adjetivos. Sólo que sea una mujer.

Hay mucho que escribir de estos basura, pero sólo la advertencia basta. Así que ten cuidado, porque estos carroñeros no van a tener piedad. ¿Cúal va a ser su próximo objetivo? ¿El Womad?


Pedropa García